viernes, 18 de abril de 2014

La Taza de Cafe

Entra un tipo a una cafetería y le pide un café solo al camarero.
Al terminar, el cliente pregunta:
- cuánto es?
- trece pesetas.
El cliente, bastante hijo de puta, saca trece monedas de una peseta y las va tirando una a una en diferentes direcciones (una detrás de las botellas, otra dentro de la ensaladilla, otra encima de la lampara, otra en el vaso de un borracho que andaba por allí, etc...).
Obviamente, el camarero se cabrea pero las recoge guardando la calma (por aquello de "el cliente siempre tiene la razón").
Al día siguiente, el cliente vuelve y otra vez le tira las trece pesetas para todos los rincones (esta vez el borracho tapa el vaso a tiempo).
Así van pasando los días hasta que una mañana, el tipo no tiene suficientes pesetas, con lo que paga con una moneda de cinco duros (25 pesetas, para los no familiarizados con el lenguaje).
El camarero al verla piensa:
- ja, esta es la mía, el cabronazo este se va a enterar ahora!
Y dice:
- caballero, su cambio...
Y empieza a tirarle las doce pesetas del vuelto en todas las posibles direcciones. Cuando acaba, todo sonriente y satisfecho, el cliente lo mira con tranquilidad y dice al tiempo que pone una peseta en la barra:
- me da otro café?

Tenemos que Limpiar el PERÚ de Tanto Político Ladrón y Zángano que nos Roba y Desangra el Porvenir de La Patria.

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