sábado, 23 de noviembre de 2013

Historia del Arma de Infantería del Ejercito Peruano - EP


Hace 134 años las huestes peruanas obtuvieron el triunfo en Tarapacá, en la que bajo el mando del Mariscal Andrés A. Cáceres, la Infantería Peruana, en desigualdad de condiciones, venció a un enemigo tan sólo con bravura, coraje y sacrificio.

El recuerdo de Tarapacá es motivo de orgullo para nuestro Ejército, pero aún más lo es el recuerdo del patrono de esta arma, quien se destacó como un soldado ejemplar y valiente, que jamás claudicó ante ningún enemigo, aún después de haber perdido la guerra, el jamás se dio por vencido. Con su ejemplo ha demostrado que el coraje del soldado peruano es invencible y es la expresión de la fuerza moral de nuestra raza.

Cáceres y Tarapacá son la síntesis perfecta del Arma de Infantería, que demostró en muchas batallas, que es el elemento primordial de nuestro Ejército. El espíritu de esta arma es el mismo de Tarapacá, bravo e imposible de doblegar, las virtudes de nuestros infantes son las mismas que en su momento nuestros héroes supieron elevar.

Por eso al recordar el 27 de noviembre, fecha central de esta arma, rendimos tributo a los infantes, soldados que a través del tiempo nos han llenado de triunfos y enseñanzas de valor, rendimos homenaje a los montoneros, expresión misma del pueblo peruano, a los campesinos, que siguiendo el ejemplo de este gran héroe, jamás se dieron tregua ante el terror y el enemigo.

La gran lección de los infantes constituye la fiel expresión del honor militar, que no conoce el significado de la rendición aun en las condiciones más adversas. Hombres que llevan en su sangre torrentes de valor y de empuje, hombres que saben convertir la adversidad en triunfos y que en un lugar privilegiado de su corazón llevan la imagen y el ejemplo de su patrono.

Celebramos el día de todos los infantes, que hoy sirven a la patria desde los más alejados rincones de la selva, sierra y costa, con un arma que siempre está lista a disparar para hacer respetar nuestra soberanía, para defender nuestra libertad, nuestra independencia y, sobre todo, para mantener siempre en alto el prestigio de nuestro Ejército.

HISTORIA

El pueblo peruano es infante desde los albores de la civilización, como los principales antecedentes tenemos el famoso mito del lago Titicaca, en donde los hermanos Ayar, vencen enemigos cruzando la agreste geografía del Perú y no paran hasta lograr un gran imperio. 

Pachacútec era un infante, lo mismo que Túpac Yupanqui y los incas que perecieron por defender a Atahuallpa en Cajamarca. Infantes fueron los aguerridos incas que vencieron en Ollantaytambo, infante fue Túpac Amaru y los hombres que combatieron con él, y por supuesto infantes fueron aquellos hombres que pelearon ese 27 de noviembre de 1879 en Tarapacá.

En la batalla de Tarapacá, la superioridad del enemigo era mucho mayor en armamento ligero y pesado, en municiones, vestimenta, zapatos, en fin, en todo. Sin embargo, los peruanos hicieron frente al ataque chileno y lograron derrotarlos con coraje y heroísmo.

En esta batalla, destacaron muchos hombres como Belisario Suárez, Isaac Recavarren, Francisco Bolognesi, Guillermo More, Alfonso Ugarte... Pero en especial sobresalió el coronel Andrés Avelino Cáceres, que iniciaba un largo camino de gloria, que lo llevó a combatir a los chilenos hasta que estos se retiraron de nuestro territorio. Debido a Cáceres nuestro Ejército y nuestro pueblo lucharon hasta el final y nunca hubo rendición incondicional.

La Infantería está presente a lo largo de la nuestra historia, como se advierte, representada en las más feroces batallas y presente a lo largo de todas las culturas que poblaron nuestro territorio, pero es en 1924 cuando se forma la Escuela de Aplicación de Infantería, que empezó su funcionamiento como anexo a la Escuela Superior de Guerra, en el Centro de Estudios Militares. 

No obstante, esta escuela dejó de funcionar por un breve tiempo. Recién el 4 de marzo de 1937 se reorganizan las Escuelas de Aplicación de Infantería y Caballería, con la finalidad de perfeccionar oficiales subalternos y mantenerlos al día en la evolución del arma. La Escuela de Infantería inicia sus clases el 13 de junio del mismo año en el Cuartel Mariscal Cáceres, pero nuevamente suspenden sus labores en julio de 1941, por el conflicto con el Ecuador.

Es el año de 1947, cuando la Escuela de Infantería, pasa a formar parte del Centro de Instrucción Militar del Perú. En 1950 dejó de llamarse Escuela de Aplicación de Infantería para denominarse Escuela de Infantería, convertido en el alma máter de esta arma.

En la actualidad, el arma de Infantería está dedicada a la preparación de los oficiales subalternos de esta arma en la administración y comando de unidades tipo batallón y compañía, y en el desempeño eficaz, como miembros de Estado Mayor de Unidad.

El programa de instrucción está orientado a una preparación integral de los oficiales de Infantería para que puedan desenvolverse con mayor profesionalismo, no sólo en el campo militar sino en otras áreas del conocimiento, de acuerdo a la evolución y modernización del Ejército, además de una rigurosa preparación física, gracias a la que han podido conquistar el mar, la tierra, y la agreste selva, el infante siempre está listo a enfrentarse a las exigencias de la guerra moderna.

El espíritu de los infantes peruanos es el mismo que obtuvo la victoria de Tarapacá: bravo e indómito. El mismo espíritu que nuestros héroes reflejaron en innumerables batallas y que ellos son la representación misma de esas virtudes. El infante peruano es la imagen misma de su patrono el gran Andrés A. Cáceres, quien nunca se dio por vencido y jamás acepto la derrota de su patria. El ejemplo de la Infantería es la del cumplimiento del deber por sobre todas las cosas y el patriotismo es su guía. La infantería también es todo el pueblo que siempre debe estar listo para la movilización, como los montoneros de Cáceres. Ellos también son la infantería.
¡Oh! Infante que siempre supiste, en Ayacucho y en Tarapacá a la patria brindarle la vida, por su gloria y por su libertad"

NUESTRA HERÁLDICA

3.1. Inscripción 

HONOR.- Cualidad moral que nos lleva al más escrupuloso cumplimiento de nuestros deberes respecto de los demás y de nosotros mismos.

SACRIFICIO.- Impulso natural del hombre que lleva a dar todo de sí en aras de un sentimiento altruista, con privación de su bienestar material y moral.

LEALTAD.- Deber que exige el cumplimiento de las leyes de la fidelidad. Supone la existencia de un vínculo que respetar, como la raza. “Tradición de solidaridad, de amistad, de parentesco, de patriotismo imponiendo nobleza del alma y honor”.

3.2. Sol Radiante
Ubicado en posición central y equidistante al lema de Infantería y vértice superior del Escudo.

3.3. Fusiles Cruzados
Son los fusiles entrelazados simétricamente con los cañones apuntando a los vértices laterales superiores representan al fusil “MAUSER” antiguo.

3.4. Antorcha
Ocupa posición central y tiene alineamiento con los vértices superiores e interior del escudo.

3.5. Lema
“Si vis pacen para bellum”. Esta expresión latina nos recuerda una verdad eterna que justifica la razón de ser de la Institución “Si quieres paz prepárate para la guerra”.




Tenemos que Limpiar el PERÚ de Tanto Político Ladrón y Zángano que nos Roba y Desangra el Porvenir de La Patria.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Respetos guardan Repetos.

Recordatorio Takana

Entradas populares